Nada de un silencio recogido ni de solitarias y herrumbrosas cruces. Allí, en Sad Hill, la vida bulle. Ora cinéfilos y mitómanos, ora turistas y curiosos, el cementerio ideado por el italiano Sergio Leone para el rodaje de 'El bueno, el feo y el malo' se está convirtiendo en lugar de peregrinación gracias a la audacia (sin apoyo de administración alguna) de un grupo de entusiastas que pelean por hacer realidad lo que en los políticos sólo es huero palabrerío: que la despoblación no proyecte la palabra 'Fin' en nuestro mundo rural. Como si de un viaje en el tiempo se tratara, el recuperado camposanto en el que Clint Eastwood dejó su impronta ha vuelto a convertirse estos días en un plató de cine. toamdo de diario de burgos