La nueva estación depuradora de aguas residuales de la ciudad comenzará a funcionar en los próximos días. La empresa constructora inició ayer las labores de revisión de las instalaciones para proceder a la puesta en marcha y comprobar que todo funciona correctamente. Después, será Hydra Tecnología del Agua, la empresa a la que el Consistorio ha asignado la gestión, la que se haga cargo de la explotación. De esta manera, y tras muchos meses de gestiones por imprevistos que han ido surgiendo, el Ayuntamiento comenzará a cumplir con la legislación que obliga a depurar las aguas.
El proyecto de la construcción de la EDAR se inició en 2007, asumiendo la Junta los tres millones de euros de inversión. Mediante un convenio firmado por ésta y el Consistorio, la Junta también se comprometía a asumir los gastos de explotación durante el primer año, una cuestión que ha supuesto retrasos en su puesta en marcha al comunicar la Junta que debido a la situación económica no podía asumir ese coste.
«A partir de ahí comenzamos las conversaciones y la pelea. La Junta no asumía los costes de gestión durante un año, pero nosotros teníamos la obligación de depurar y la presión de la CDH, así que los grupos municipales tratamos de buscar la mejor opción. Finalmente, y tras ver propuestas de varias empresas, decidimos encargar la gestión a una de ellas durante un año, tiempo en el que también se encargarán de formar a dos empleados municipales, que serán los que se ocupen del funcionamiento de la planta a partir de los doce primeros meses de funcionamiento», explica la alcaldesa, Marta Arroyo, que recuerda que ya todo está muy automatizado y que también se firmará un contrato de asistencia técnica.
Una vez que el Consistorio se decantó por esta forma de gestión, la Junta asumió lo que aparecía en él. «Debemos de informar y de justificar los gastos, y después, a través de una subvención, la Junta nos lo reembolsará, a excepción del gasto en energía eléctrica, que siempre se ha contemplado que lo asumía el Ayuntamiento», señala Arroyo. En cuanto al gasto que supondrá el funcionamiento de esta instalación se estima que rondará los 70.000 euros al año, lo que podría tener que cobrar una tasa de unos 70 euros por vivienda. «Son datos provisionales, que será más o menos definitivos cuando haya pasado un tiempo. De momento, al estar subvencionado el primer año de explotación, no vamos a aprobar una tasa, pero sí lo haremos después y queremos que sea lo más ajustada al gasto real total, por lo que nos servirán de referencia las cifras que arroje su explotación estos meses», afirma Arroyo.
Los vecinos ya están informados del inicio de este nuevo servicio y se les ruega una serie de prácticas, como no arrojar ciertas sustancias u objetos por el desagüe para favorecer un mejor funcionamiento de la instalación, que es una planta convencional de fangos activados en la que el agua primero pasa por una rejas donde se filtra la basura y después por un desarenado y desengrasado, para finalmente ir al corazón de la planta, donde se encuentra aireado y donde crece el cultivo biológico. Tras este último proceso el agua clarificada se vierte al río y los fangos se deshidratan