A veces escribe cartas. No tienen destinatario concreto y tampoco llevan sellos, pero Castaño siempre espera una respuesta. Llena de colores los sobres, hojas y cuadernos y anota en papeles sus sueños. En ellos nunca faltan ríos y mares, árboles y orillas, playas, riberas, bosques, acantilados, sombras, tierras y nubes. En sus postales esconde mensajes cifrados, metáforas de sentimientos y paisajes que repasan «lugares de la memoria».
Las cartas de María José Castaño, que desde ayer pueden verse en la sala de exposiciones de Correos en Madrid, llevan siempre un encabezado que da pistas a su interlocutor. La Habana, Bruselas, Nueva York, Santo Domingo de Silos, Ibiza o el Arlanza. Están escritas en esos lugares o en la soledad de su estudio, pero su intención no es que se queden allí sino que puedan seguir viajando a través de los ojos de quienes las miran.
Ahora esas cartas de lienzo y papel pueden viajar en forma de postales. Con los cuadros y dibujos que expone en la sala del edificio de Correos María José Castaño ha creado un catálogo en forma de sobre y misivas para enviar. El diseño de Asís G. Ayerbe permite que la artista invite al espectador a visitar la muestra que mantendrá abierta en Madrid durante más de un mes vía correo postal. Y con ese mismo medio le sugiere que con sus cuadros -en forma de pegatinas- cree la composición artística que más le guste, que le ponga un sello y lo envíe allá donde desee.
Ese mismo juego epistolar es el que utiliza para dar título y sentido a la exposición. En Cartas desde la orilla la pintora se sitúa al borde de un curso de agua desde donde interpreta «la esencia de los lugares, la perspectiva real bajo la que se nos muestra el mundo, el tiempo y el sentido de la vida». Los colores de sus ríos y el trazo de su pincel son cartas abiertas para describen sus paisajes. «No es posible explicar la tierras del Arlanza sin el río que les da nombre», explica la pintora. Un río que se vuelve «escultor, fuente de vida, historia y cultura». Junto a los pequeños ríos belgas imagina vagando «a un lúcido e inquieto Van Gogh en su etapa de aprendizaje»; la Habana colonial no es la misma «sin su mar fuente y puente de una cultura amalgamada y mágica», o el propio mar «sin su punto de contacto con la orilla, donde la ola se convierte en la efímera maravilla de la espuma».
Desde su orilla, Castaño es también receptora de un amor epistolar que ha viajado por salas de todo el mundo -desde Viena a Burgos, pasando por Italia, Bélgica y Alemania, entre otros muchos escenarios y salas-. Ahora le toca el turno a la sala de exposiciones de la Oficina Principal de Correos en Cibeles (en el paseo del Prado nº1), que ha querido contar con la pintora burgalesa apenas unos meses después de abrir sus instalaciones al arte. Castaño es de las primeras en exponer allí y para su «estreno» ha querido llevar cuatro cuadros de gran tamaño (entre ellos el lienzo Arlanza para Jorge que fue seleccionado en el certamen de la Fundación Villalar), varios dibujos de La Habana y Nueva York y óleos de pequeño y mediano formato.
Su mensaje, «el bagaje y experiencia vital» en que se convierte cada uno de sus cuadros, estarán hasta el 16 de marzo en el noble edificio de Correos que imagina «orilla de tantos sentimientos encerrados en una carta». El horario de visitas es de lunes a viernes de 8:30 a 21:30 horas, y los sábados de 8:30 a 14 horas, salvo hoy, que permanecerá abierta por la tarde hasta las 20 horas.